como cuidar la piel en invierno

Los cambios de temperatura tienen un efecto pernicioso en nuesta piel. Sigue nuestros consejos para cuidar tu piel en invierno y aprende a mantener tu piel sana y fuerte.

Existen varios criterios para clasificar los distintos tipos de piel. La clasificación de Fitzpatrick, tiene en cuenta los distintos Fototipos, para asociarlos a un determinado color de piel y su respuesta a la exposición solar, tratamiento con láser, peelings, etc

La cosmetología clasifica según el equilibrio de la piel, su nivel de hidratación, grasa, descamación sensibilidad.

Cada tipo de piel tiene unas características concretas y demanda unos tratamientos y cuidados distintos, desde el punto de vista cosmético, pero también en cuanto a tratamientos medico estéticos a seguir.

Tipos de pieles y cómo identificarlas

El tipo de piel, nos viene dado principalmente por la genética, aunque factores ambientales como edad, alimentación, productos cosméticos y hábitos pueden mejorar o empeorar tal condición. Por eso resulta fundamental combatir todos esos factores que sí podemos controlar, seguir una dieta sana y equilibrada, hacer deporte, dormir correctamente y no tener hábitos perjudiciales. De esta manera nuestra piel se mantendrá joven por más tiempo y evitaremos en la medida de lo posible la aparición de arrugas tempanas.

Según esto la piel sana puede ser: Normal, seca, grasa, mixta o sensible.

Piel seca

La piel seca, suele ser circunstancial, o pasajera. Normalmente se asocia a climas extremos, como exceso de frio o de calor. También suele aparecer como consecuencia de tratamientos medico estéticos como laser, peelings químicos. Su principal característica es una gran sensación de tirantez, incomodidad, picor, una mayor irritación, mucha rojez.

Puede afectar otras zonas del cuerpo como por ejemplo las manos. Es muy importante tratar este problema a tiempo, con el fin de que no se cronifique ya que una piel seca y agrietada puede generar heridas e infecciones bacterianas.

La piel atópica que es una patología médica, puede tener síntomas parecidos a la piel seca y se agrava con factores ambientales, o de exposición a productos determinado, alimentación y otros .

Piel Grasa

La piel grasa también denominada seborrea se identifica fácilmente ya que el sebo natural de la piel se manifiesta en exceso, lo que se traducen en brillos en la frente y la nariz, principalmente, pero tambíen acné y otros tipos de enfermedádes cutáneas. La función del sebo es prevenir que la piel se seque, una segregación desproporcionada del mismo tiene un efecto perjudicial para nuestra piel, pudiendo crear dermatitis seborreica y otra serie de enfermedades de la piel.

La piel grasa es una piel con el poro dilatado, humeda y con brillo debido al exceso de sebo. Puede deberse a factores genéticos o hormonales como en caso de los jóvenes o adolescentes, pero también a malos hábitos alimenticios, el consumo de alimentos procesados con una alta carga de ácidos grasos trans, carbohidrátos y/o azúcares puede potenciar la aparición de sebo en nuestra piel, por lo que una dieta equilibrada nos ayudará a mantener a raya este tipo de piel.

Piel Mixta

La piel mixta tiene características de dos tipos de pieles: la piel seca o normal y la piel grasa. La piel mixta suele tener un exceso de grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla) y normal o seca en el resto. En la zona donde existe el exceso de grasa suelen aparecer imperfecciones, granitos y espinillas principalmente. Uno de los objetivos principales para este tipo de pieles es conseguir la restitución del equilibrio, por lo que es muy recomendable usar productos específicos para pieles mixtas.

Piel Sensible

La piel sensible es cualquier tipo de piel (seca, grasa o mixta) que reacciona de forma excesiva a algún factor externo o interno, que normalmente es bien tolerado por una piel normal.

Los factores que la desencadena pueden ser: Factores ambientales como exceso de frio o calor, cosméticos inadecuados, peelings o láser. El alcohol, tabaco y el modo de vida también repercuten.  Determinadas situaciones de estrés, ansiedad o enfermedad, también la sensibilizan.

Consejos para cuidar tu piel en invierno

Chica cuidando sus labios durante el invierno

En los días de frio la piel sufre, sobre todo debido a los cambios bruscos de temperatura con respecto al interior de las casas o lugares a los que acudimos. La cara y nariz se enrojecen, los labios se cortan y las manos y los pies también acusan los cambios.

Para mantener la piel hidratada hay que tomar agua. Esto que en verano es algo natural, en invierno no lo hacemos. Es importante lavar la cara con un jabón especifico que no reseque. Hay que utilizar una crema hidratante al menos dos veces al día, es decir por la mañana y por la noche, adecuada a su tipo de piel. De día, utilizar un fotoprotector alto para evitar que aparezcan manchas, ya sean directas o indirectas, como las causadas por el ordenador.

Evitar productos muy agresivos, sin el seguimiento por parte del especialista. Las pieles muy sensibles tienen a su disposición cosméticos libres de perfumes. Como recomendación genérica, es útil usar un serum o ampolla de vitamina C, liposomada antes de la crema de día. También hay que tener cuidado con la depilación, ya que puede producir alteraciones en la piel.

Por la noche se puede usar un serum de ácido hialuronico con agua termal antes de la crema de noche. No olvidar la crema de contorno de ojos, que sea especifica para la zona ocular.

Especial atención a los niños y personas mayores, ellos también necesitan hidratación y muchas veces pueden compartir la misma crema.

Otros consejos para cuidar la piel en invierno

Evita lavarte las manos en exceso. Puede parecer una contradición, sobre todo en la época invernal en la que estamos expuestos a virus como la gripe, pero lo cierto es que este exceso en la higiene de las manos puedes provocar dermatitis de desgaste, lo que se traduce en manos agrietadas y resecas, sobre todo en el dorso, pudiendo producirse heridas y pequeños cortes. Lo ideal, sobre todo en aquellas personas que por su trabajo deban estar constantemente lavándose las manos, es el uso de guantes y sobre todo una hidratación adecuada mediante cremas específicas para la zona de las manos.

Evita ducharte con agua demasiado caliente o fría. Lo ideal es no ducharse más de una vez al día y hacerlo con agua templada, ya que el agua demasiado caliente o fría es perjudicial para nuestras pieles, pudiendo potenciar la desidratación de la misma.

Evita alimentos insanos. La alimentación es, junto con el factor genético, uno de los aspectos más importantes a la hora de cuidar nuestra piel. Una dieta equilibrada nos ayudará a mantener nuestras pieles sanas y añadirá una protección extra durante el invierno.

Conclusión

Los cambios de temperatura afectan negativamente a nuestra piel. Ya sea en invierno o en vernao, debemos seguir una serie de indicaciones para protegernos correctamente y mantener nuestra piel sana y fuerte. Lo primero que debemos tener claro es nuestro tipo de piel, ya que dependiente de éste tendremos que aplicar un tipo de producto u otro. A partir de ahí, deberemos elegir los productos específicos y aplicarlos de forma constante y correcta. No hay que olvidar que aspectos como la alimentación y la prevención son, sin duda, los aspectos más importantes a la hora de cuidar la piel en invierno.