Las ojeras se han convertido en un problema que afecta tanto hombres como mujeres de cualquier edad. Se notan más en personas con piel clara y pueden ser genéticas. Si bien, el estrés, la falta de sueño, enfermedades, pueden acenturarlas.
Algunas ojeras pueden ser transitorias, y desaparecen cuando recuperamos las horas de sueño o nos curamos de alguna convalecencia.
Nuestros tratamientos mejoran:
Ojeras por flacidez: estas ojeras aparecen por el paso del tiempo y la pérdida de colágeno en el contorno del ojo. Son comunes en personas de edad avanzada, que las empiezan a padecer junto con las arrugas. En estos casos, el tratamiento recomendado para combatirlas es la aplicación de ácido hialurónico. Aunque también es cierto, que el tratamiento con láser da muy buenos resultados.
Ojeras hundidas: son aquellas que aparecen en forma de surcos debajo de los ojos provocando ligeras depresiones en la piel y que provocan un efecto de “mirada cansada”.
En muchos casos nos encontramos con varios problemas a la vez, es decir ojera hundida, pigmentada y con pérdida de soporte.
Es necesario un diagnóstico para valorar el tipo de ojera, y proponer la mejor vía de actuación.