La carboxiterapia corporal es uno de los tratamientos más efectivos para combatir la celulitis, aunque también se puede utilizar como tratamiento facial en ojeras, cara, cuello y escote.
Consiste en la inyección a nivel subcutáneo de dióxido de carbono, mediante un dispositivo médico que controla el flujo, la cantidad y la presión del gas inyectado.
La acción de la carboxiterapia se basa en dos mecanismos de acción:
1. Potente vasodilatador, aumenta el flujo de oxígeno de los tejidos, mejorando la circulación en el lugar que lo aplicamos. Un tejido más oxigenado quema más grasa, cicatriza mejor y produce más colágeno.
2. Reafirmación de la piel, mejora la laxitud y mejora la fibrosis, una de las causas principales de la celulitis.
En zonas como brazos o cara interna de los muslos consigue unos resultados espectaculares asociados a otros tratamientos como la Radiofrecuencia, electroestimulación o Ems.
Las sesiones pueden ser de 15 a 30 minutos dependiendo de la zona a tratar. El número sesiones dependerá de las circunstancias de cada persona. En caso de sobrepeso, habrá que asociar dieta y otros tratamientos para optimizar los resultados.